EVIDENTEMENTE
Evidentemente… Evidentemente volver a encontrarte a ese desconocido en aquella ignota ciudad, era una casualidad. Evidentemente, escucharte pronunciando mis pensamientos, no deja de ser una anécdota. Evidentemente, que Gregorio se tropezase y cayese al suelo cuando entraba por el pasillo de su casa, aquella casa que palmo a palmo tuvo que re-conocer desde que perdió completamente la visión, fue un golpe de la fortuna. Evidentemente, el hecho de que ese día fuese especialmente